martes, 1 de mayo de 2012

.fanatismo es de ignorantes, ya sea de lo que sea religioso, politico etc...

No hay algo que me produzca más miedo que el fanatismo religioso.

 
El fanatismo puede referirse a cualquier creencia afín a una persona o grupo. En casos extremos en los cuales el fanatismo supera la racionalidad, puede llegar a extremos peligrosos, como matar a seres humanos o encarcelarlos, y puede incluir como síntoma el deseo incondicional de imponer una creencia, considerada buena para el fanático o para un grupo de los mismos.
Tipos de fanatismo
Existen varios tipos de fanatismo, y se producen debido a la afinidad o contrariedad con una persona, religión, ideología, deporte o pasatiempo, entre otros tópicos.
Ejemplos de fanatismo se han dado en el terreno religioso con la defensa de dogmas, o la defensa de libros sagrados o de dioses, o defendiendo un punto de vista racional o irracional específico. Los religiosos afirman que, la diferencia entre religioso y fanático reside en el hecho de que el religioso ve a la religión como un medio para creer o conocer alguna deidad, mientras que el fanático ve a la religión como dios, y la trata como incuestionable.
  • Otro ejemplo de fanatismo es hacia una persona, se ha oído hablar de los club de fans es un conjunto de personas fanáticas de alguien, por ejemplo de un cantante o actor.
  • También de equipos de fútbol, baloncesto, etc.
  • También el fanatismo a lo deconocido (tales como predecir el futuro o crear el modelo de fanatismo,etc.)
  • También existen los fanáticos antireligiosos; anticristianos, antimusulmanes, etc.
  • Algunos fanaticos se centran en el mantenimiento de unas practicas o cultura sin pensar en la posibilidad de que el conocimiento y el desarrollo humano pueda haber modificado, para bien, las practicas o los valores culturales. Este tipo de fanatismo esta muy emparentado con la ignorancia y el anquilosamiento mental.
Fanatismo religioso
El fanatismo religioso es uno de los tipos de fanatismo que más ha generado controversia a través de la historia en cuanto bajo esta se han llevado a cabo, conflictos bélicos, holocaustos, asesinatos y actos terroristas. Durante siglos miles de hombres fanáticos se han visto influenciados bajo las grandes religiones para así llevar actos que van en contra de la propia religión lo cual deja a ver que el individuo está actuando no bajo fe, sino por pura obsesión. Esta se encuentra en diversas doctrinas religiosas tales como: la cristiana, islámica, la judía, entre otras. El fanático religioso es el que se identifica como el individuo con una conducta enceguecedora hacia una religión en particular, lo cual puede causar que cometa actos en contra de las personas que no creen en esta.
Naturaleza psicológica del fanatismo
La conciencia de la individualidad se suprime mediante la atenuación de la conciencia del yo, por una parte, y mediante la acentuación del sentimiento de pertenencia a lo otro. Para lo primero sirve el alcohol y otras drogas, el éxtasis sexual, etc. Para lo segundo se procede a la adhesión incondicional a sectas y facciones totalitarias políticas o religiosas, la entrega a un grupo, a personas posesivas... La conciencia corporal se disminuye mediante la reducción de las vivencias corporales y la desvalorización del mundo en donde la vida corporal se desarrolla. Desde el punto de vista epistemológico, el fanático, curiosamente, se parece a su contrario el relativista, en la medida en que para ambos no cabe el debate o la búsqueda común de la verdad. El fanático cree poseer la verdad de manera tajante. Afirma tener todas las respuestas y, en consecuencia, no necesita seguir buscando a través del cuestionamiento de las propias ideas que representa la crítica del otro.
El fanático, pues, se caracteriza por su espíritu maniqueo y por ser un gran enemigo de la libertad. Los lugares donde impera el fanatismo son terrenos donde es difícil que prospere el conocimiento y donde se parece detenerse el curso fluyente de la vida. Un mundo, en definitiva, contrario a la mudable naturaleza humana que en ocasiones se diría anhela la muerte. De hecho, para Albert Camus en El hombre rebelde, es una suerte de nihilismo destructivo más.
El precio a pagar por la cristalización del pensamiento engendrada por el fanatismo resulta caro. El alejamiento de la verdad es una de ellas, porque para profundizar en el conocimiento debemos estar abiertos al descubrimiento de la parte de verdad presente en los demás, desde una humildad intelectual de corte socrático, con una actitud dogmática resulta difícil llegar muy lejos intelectualmente.
Pero existe otra desventaja que tal vez resulte más contundente que la epistemológica: que el fanatismo siempre ha conducido a guerras y a graves desastres. Tras numerosas conflictos sociales, guerras, masacres, limpiezas étnicas e injusticias se halla la intolerancia de muchos fanáticos. Esto han coincidido en señalarlo todos los defensores de la tolerancia. El fanatismo es el culpable de esos males, que podrían evitarse con la universalización de un talante fraternal que aceptara las diferencias.
Características
En síntesis, los rasgos que caracterizan al fanatismo son los siguientes:
  • dogmatismo: fe en una serie de verdades que no se cuestionan ni razonan y cuya justificación lo es por su propia naturaleza o con relación a alguna autoridad;
  • carencia de espíritu crítico: no se admite la libre discusión acerca de las propias verdades, ni su crítica racional;
  • maniqueísmo: las diferencias son consideradas de manera radical; no se admiten los matices. Además, la diversidad humana suele encerrarse en dos categorías: buenos y malos;
  • odio a la diferencia: desprecio y rechazo de lo que escapa a unos determinados modelos y etiquetas;
  • autoritarismo: afán de imponer las propias creencia y de forzar a que todo el mundo se adscriba a la misma.


Fanatismo religioso
El fanatismo religioso es uno de los tipos de fanatismo que más controversia, ha generado a través de la historia en cuanto bajo ésta se han llevado a cabo conflictos bélicos, holocaustos, asesinatos y actos terroristas. Durante siglos, miles de hombres fanáticos se han visto influenciados bajo las grandes religiones para así llevar actos que van en contra de la propia religión lo cual deja a ver que el individuo está actuando no bajo fe, sino por pura obsesión. El fanático religioso se identifica con un individuo de conducta ciega con una religión en particular, lo que le lleva a provocar actos contra personas que no creen en ésta mediante una lógica inflexible. En los siglos XVI y XVII el fanatismo religioso alcanza un alto grado ya que estos simpatizantes condenaban las ciencias -al condenar éstas a la religión mediante la razón- los reyes -acusados de superficiales materialistas que llevaban una vida de placeres- y a los estudiosos de los astros -a quienes se acusaba de servidores de Satanás-. El fanatismo tiene un principio en parte compartido con la fe, según el cual quien piensa diferente se convierte en adversario o enemigo. En las religiones mas influyentes y expandidas mundialmente se han podido ver actos de fanatismo desde la decadencia del imperio romano por el cual los cristianos quemaron libros y estatuas por inmorales y fulminaron avances en literatura y arte. Las cruzadas fueron actos fanáticos e imperialistas que profundizaron en la disputa centenaria entre musulmanes y cristianos, combatiendo ambos en nombre de Dios durante la Edad Media. Otros actos contemporáneos a éstas eran la Santa Inquisición, herramienta de supresión de la herejía.
En la actualidad algunos actos fanáticos se han podido ver bajo acciones de grupos de la religión islámica, como los Atentados del 11 de septiembre de 2001, cometiendo daños hacia otros ciudadanos que difieren de sus creencias.
Generalmente se clasifica al fanático como una persona ignorante e ingenua, con un razonamiento apenas suficiente para justificar y defender sus creencias mediante la agresión o juzgando a los demás como herejes. El fanático no acepta consejos ni modificaciones lo cual hace extremadamente difícil su evolución y cambio de mentalidad. Esta mentalidad puede además haber sido reflejo de un núcleo social en el que se ha exaltado el deseo de suprimir a los que se oponen a sus creencias y modo de ver la vida.
Estos mayormente va mas allá de lo debido, es el modo desproporcionado de entender y defender una causa la cuales le llevan a un sentido de llevar a cabo una misión, los cuales son capaces de recurrir a todos los medios con tal de triunfar. Estos contienen una conciencia desmedida de su propia grandeza: el fanático se identifica con la causa que defiende, estos se alimentan del celo inquisitorial y actúa como fiscal o juez de la verdad.
El fanatismo religioso concretamente es la incapacidad para admitir el mundo en su diversidad y para aprender de los otros, generando una sociedad anclada en un tiempo y una forma fija de ver las cosas.
Se opone al movimiento que conduce a la realidad y por tanto no se puede ver cambios en ella, lo que no da posibilidad para el desarrollo de la vida y el descubrimiento de nuevas ideas.

Lo que provoca el fanatismo, la division

Sectas y division de las familias.-
Una de las consecuencias mas comunes fruto del fanatismo de las sectas es la divisi
ón de la familia. Son miles y miles los casos y muy poco lo que se ha publicado sobre eso. Casos donde el pastor recomienda a sus fieles evangélicos dejar a la esposa porque esta es católica y pagana. Hijos que ya no visitan a sus padres por considerarlos unos impíos; Hermanos que no se hablan porque acusan a los otros de no ser convertidos etc.
El testimonio que hoy les mostramos no es sino solamente uno de entre decenas de miles que provocan las sectas. Leelo y meditalo. Servira para prevenirse del fanatismo religioso. Ah... y si tienes un testimonio familiar parecido envíanoslo por favor, para denunciar este tremendo daño producido por evangélicos, mormones, adventistas, testigos de jehova... en muchos países.

En realidad el fanatismo es un concepto que suele llevar «apellido». Hablamos de «fanatismo religioso», «fanatismo racial», «fanatismo político», etc. Y normalmente identificamos el fanatismo con manifestaciones de violencia. Pero eso no siempre es así: fanatismo es también la causa de los gritos y lloros de los adolescentes en presencia de sus ídolos musicales.
El fanatismo es, básicamente, un ahorro de energía psicológica. Para entenderlo pensemos en los registros, en las sensaciones que producen las dudas. Una persona que experimenta dudas en una situación determinada se encuentra en la necesidad de realizar una elaboración compleja: ha de buscar las distintas posibilidades, estudiarlas, sopesarlas, calcular los factores que pueden intervenir, mirar el problema desde distintos puntos de vista, calcular las posibilidades de éxito/fracaso... Durante ese proceso el psiquismo trabaja mucho, se experimenta una sensación de inseguridad, las acciones son más lentas y la incertidumbre produce cierto temor (al fracaso, al error, a las consecuencias, etc). Da igual de qué duda estemos hablando: ¿existe dios?, ¿vamos al cine?, ¿estudio derecho?, ¿me caso con esa persona?. Como es lógico, a mayor trascendencia de la duda mayor es la tensión que se produce y más fuertes son las sensaciones de incertidumbre, inseguridad, lentitud de las acciones y temor.
El fanatismo ahorra todo esto. Propone al psiquismo una solución rápida, contundente, eficaz. El fanatismo elimina la incertidumbre al 100%. Como consecuencia produce un registro de unidad, de coherencia personal que refuerza el mecanismo: el fanático se siente seguro y su seguridad refuerza el fanatismo. Su certeza le libera del temor (al error, a las consecuencias, al fracaso...) y esa liberación refuerza su fanatismo. El fanatismo le ayuda a integrarse en un grupo con el que se identifica y que le acoge con entusiasmo: esa integración también refuerza el fanatismo. Todas estas sensaciones facilitan sus acciones y sus acciones también refuerzan su fanatismo. En síntesis, desde un punto de vista psicológico el fanatismo supone un gran ahorro de energía que impulsa a la persona.
¿Entonces por qué no somos todos fanáticos?
Probablemente en una gran mayoría de los «sensatos» ciudadanos occidentales existe un cierto grado de fanatismo. De hecho, podemos reconocer fanáticos de equipos de fútbol y de otros personajes públicos; fanáticos religiosos capaces de flagelarse el cuerpo, fanáticos políticos, fanáticos de ciertos alimentos, etc, etc.
Lo que nos sorprende es lo que el fanatismo puede llegar a producir, sobre todo cuando se traspasa el límite de la vida misma. Pero en realidad, si pensamos bien veremos que nuestra cultura occidental también ensalza ese tipo de fanatismo ya desde la escuela: héroes que dieron su vida por su país, mártires que dieron su vida por su dios, conquistadores que extendieron su fe salvadora por el mundo... Incluso nos hemos habituado a escuchar a deportistas que lo «dan todo», a entrenadores que exigen «luchar a muerte» por la victoria, a seguidores «a muerte» de sus colores... De hecho, en occidente se admira a quien da su vida por un ideal, siempre que el ideal sea «políticamente correcto».
Pero el fanatismo esconde unos terribles «efectos secundarios»: limita la libertad, empobrece el psiquismo, incomunica, limita la autocrítica y el afán de superación, reduce la riqueza de matices de la vida y en muchos casos desemboca en la negación de la dignidad humana de los otros.

Fanatismos: en el nombre de Dios

¿Cuáles son los peligros del fanatismo religioso?


Conviene precisar lo que se entiende por “fanatismo”. Es común que personas poco afectas a la práctica religiosa tachen de fanático todo aquel que toma en serio la Religión, cumpliendo conscientemente sus preceptos. No es ciertamente esto lo que el autor de la pregunta tiene en vista. Más probablemente él quiere referirse a aquellos que, llevados por una comprensión errónea de su profesión religiosa, reaccionan destempladamente contra cualquier pretendido insulto a su religión. Allí se configura perfectamente el peligro del fanatismo religioso. El combate a los errores y herejías, incluso cuando es llevado a las últimas consecuencias, siempre debe partir de un equilibrio del alma que ama el bien y odia el mal. No es por ceguera de alma (fanatismo), sino por amor a la verdad.
Uno de los ataques contra mezquitas, en la lucha entre chiitas y sunitas, en Irak

Otra manifestación del fanatismo religioso sería querer imponer la conversión de los infieles por medio de la fuerza, como consta en el “Corán” de los mahometanos, según la célebre fórmula “o crees o mueres”, de la cual hay ejemplos históricos célebres, sistemáticamente condenados por la Iglesia.
Por fin, los actos de terrorismo transmitidos diariamente por la prensa, en las más diversas partes del mundo, son una manifestación de los abismos de crueldad a que puede llegar un hombre deformado por el fanatismo.
Pero, conviene repetir, esto nada tiene que ver con una sana y fervorosa dedicación a un auténtico ideal religioso. No confundamos una cosa con otra. Lo contrario sería caer en un fanatismo antirreligioso... ¡Existen ejemplos de esto en las sociedades modernas!

El respeto al derecho ajeno es la paz

El respeto al derecho ajeno es la paz

La frase célebre del político liberal mexicano Benito Juárez, "Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz", fue enunciada el 15 de julio de 1867, en un manifiesto expedido poco después de entrar triunfante en la Ciudad de México, tras la derrota y fusilamiento de Maximiliano I de México de Habsburgo y el derrocamiento del Segundo Imperio Mexicano.
El 15 de julio de 1867, después de haber permanecido dos días en Chapultepec se dirigió a la Ciudad de México. Entró por la puerta de Belém y el paseo de Bucareli, en el lugar en donde se encontraba la estatua de Carlos IV se detuvo para recibir felicitaciones de autoridades civiles y militares, continuó su camino por la Alameda Central para dirigirse al Palacio de Gobierno. Desde el balcón presenció un desfile de la columna de honor y las expresiones de júbilo de la población. Ese mismo día expidió el manifiesto en donde se encuentra la frase célebre:
..Mexicanos: encaminemos ahora todos nuestros esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios de la paz. Bajo sus auspicios, será eficaz la protección de las leyes y de las autoridades para los derechos de todos los habitantes de la República. Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
Confiemos en que todos los mexicanos, aleccionados por la prolongada y dolorosa experiencia de las comunidades de la guerra, cooperaremos en el bienestar y la prosperidad de la nación que sólo pueden conseguirse con un inviolable respeto a las leyes, y con la obediencia a las autoridades elegidas por el pueblo...
Benito Juárez, 15 de julio de 1867.1

Controversia

Aunque se le atribuye a Benito Juárez el mérito de la frase, se han tratado polémicas en torno a si dicha frase es creación propia o si fue citada del libro "La paz perpetua" de Immanuel Kant. Tal especulación ha generado que hoy en día aún se tienen dudas del origen de la frase.
Si bien es cierto que Immanuel Kant tiene una frase similar en "La Paz Perpetua" ("la injusticia cometida se ejerce únicamente en el sentido de que no respetan el concepto del derecho, único principio posible de la paz perpetua."), algunos historiadores aseguran que Benito Juárez tan sólo se basó en dicho libro para forjar su frase. Actualmente no se ha dado un resultado final.
También se ha dicho que la frase fue tomada por Juárez de escritos del teórico del liberalismo Benjamin Constant de Rebecque (Lausana, 1767-1830), pero más bien parece que conoció, estudió y admiró la obra de Constant y fue él quien acuñó la frase en su forma conocida.
No se ha podido demostrar a ciencia cierta en qué documento había producido Juárez tal frase, ya que en el Archivo Nacional de México, no hay ningún documento que así lo demuestre.

Dejemos el fanatismo y respetemos las decisiones y creeencias de los demas

Dejemos el fanatismo y respetemos las decisiones y creencias de los demas.


El respeto al derecho ajeno es la paz

Procuremos estar en paz con todo el mundo

El respeto al derecho ajeno es la paz

Fanatismo


Fanatismo
El fanatismo es una pasión exacerbada, desmedida y tenaz, particularmente hacia una causa religiosa o política, o hacia un pasatiempo o hobby.
Consta de una apasionada e incondicional adhesión a una causa, un entusiasmo desmedido y monomanía persistente hacia determinados temas, de modo obstinado, algunas veces indiscriminado y violento.
El fanatismo puede referirse a cualquier creencia afín a una persona o grupo. En casos extremos en los cuales el fanatismo supera la racionalidad, puede llegar a extremos peligrosos, como matar a seres humanos o encarcelarlos, y puede incluir como síntoma el deseo incondicional de imponer una creencia, considerada buena para el fanático o para un grupo de los mismos.
Tipos de fanatismo
Existen varios tipos de fanatismo, y se producen debido a la afinidad o contrariedad con una persona, religión, ideología, deporte o pasatiempo, entre otros tópicos.
Ejemplos de fanatismo se han dado en el terreno religioso con la defensa de dogmas, o la defensa de libros sagrados o de dioses, o defendiendo un punto de vista racional o irracional específico. Los religiosos afirman que, la diferencia entre religioso y fanático reside en el hecho de que el religioso ve a la religión como un medio para creer o conocer alguna deidad, mientras que el fanático ve a la religión como dios, y la trata como incuestionable.
  • Otro ejemplo de fanatismo es hacia una persona, se ha oído hablar de los club de fans es un conjunto de personas fanáticas de alguien, por ejemplo de un cantante o actor.
  • También de equipos de fútbol, baloncesto, etc.
  • También el fanatismo a lo deconocido (tales como predecir el futuro o crear el modelo de fanatismo,etc.)
  • También existen los fanáticos antireligiosos; anticristianos, antimusulmanes, etc.
  • Algunos fanaticos se centran en el mantenimiento de unas practicas o cultura sin pensar en la posibilidad de que el conocimiento y el desarrollo humano pueda haber modificado, para bien, las practicas o los valores culturales. Este tipo de fanatismo esta muy emparentado con la ignorancia y el anquilosamiento mental.
Fanatismo religioso
El fanatismo religioso es uno de los tipos de fanatismo que más ha generado controversia a través de la historia en cuanto bajo esta se han llevado a cabo, conflictos bélicos, holocaustos, asesinatos y actos terroristas. Durante siglos miles de hombres fanáticos se han visto influenciados bajo las grandes religiones para así llevar actos que van en contra de la propia religión lo cual deja a ver que el individuo está actuando no bajo fe, sino por pura obsesión. Esta se encuentra en diversas doctrinas religiosas tales como: la cristiana, islámica, la judía, entre otras. El fanático religioso es el que se identifica como el individuo con una conducta enceguecedora hacia una religión en particular, lo cual puede causar que cometa actos en contra de las personas que no creen en esta.
Naturaleza psicológica del fanatismo
La conciencia de la individualidad se suprime mediante la atenuación de la conciencia del yo, por una parte, y mediante la acentuación del sentimiento de pertenencia a lo otro. Para lo primero sirve el alcohol y otras drogas, el éxtasis sexual, etc. Para lo segundo se procede a la adhesión incondicional a sectas y facciones totalitarias políticas o religiosas, la entrega a un grupo, a personas posesivas... La conciencia corporal se disminuye mediante la reducción de las vivencias corporales y la desvalorización del mundo en donde la vida corporal se desarrolla. Desde el punto de vista epistemológico, el fanático, curiosamente, se parece a su contrario el relativista, en la medida en que para ambos no cabe el debate o la búsqueda común de la verdad. El fanático cree poseer la verdad de manera tajante. Afirma tener todas las respuestas y, en consecuencia, no necesita seguir buscando a través del cuestionamiento de las propias ideas que representa la crítica del otro.
El fanático, pues, se caracteriza por su espíritu maniqueo y por ser un gran enemigo de la libertad. Los lugares donde impera el fanatismo son terrenos donde es difícil que prospere el conocimiento y donde se parece detenerse el curso fluyente de la vida. Un mundo, en definitiva, contrario a la mudable naturaleza humana que en ocasiones se diría anhela la muerte. De hecho, para Albert Camus en El hombre rebelde, es una suerte de nihilismo destructivo más.
El precio a pagar por la cristalización del pensamiento engendrada por el fanatismo resulta caro. El alejamiento de la verdad es una de ellas, porque para profundizar en el conocimiento debemos estar abiertos al descubrimiento de la parte de verdad presente en los demás, desde una humildad intelectual de corte socrático, con una actitud dogmática resulta difícil llegar muy lejos intelectualmente.
Pero existe otra desventaja que tal vez resulte más contundente que la epistemológica: que el fanatismo siempre ha conducido a guerras y a graves desastres. Tras numerosas conflictos sociales, guerras, masacres, limpiezas étnicas e injusticias se halla la intolerancia de muchos fanáticos. Esto han coincidido en señalarlo todos los defensores de la tolerancia. El fanatismo es el culpable de esos males, que podrían evitarse con la universalización de un talante fraternal que aceptara las diferencias.
Características
En síntesis, los rasgos que caracterizan al fanatismo son los siguientes:
  • dogmatismo: fe en una serie de verdades que no se cuestionan ni razonan y cuya justificación lo es por su propia naturaleza o con relación a alguna autoridad;
  • carencia de espíritu crítico: no se admite la libre discusión acerca de las propias verdades, ni su crítica racional;
  • maniqueísmo: las diferencias son consideradas de manera radical; no se admiten los matices. Además, la diversidad humana suele encerrarse en dos categorías: buenos y malos;
  • odio a la diferencia: desprecio y rechazo de lo que escapa a unos determinados modelos y etiquetas;
  • autoritarismo: afán de imponer las propias creencia y de forzar a que todo el mundo se adscriba a la misma.


Fanatismo religioso
El fanatismo religioso es uno de los tipos de fanatismo que más controversia, ha generado a través de la historia en cuanto bajo ésta se han llevado a cabo conflictos bélicos, holocaustos, asesinatos y actos terroristas. Durante siglos, miles de hombres fanáticos se han visto influenciados bajo las grandes religiones para así llevar actos que van en contra de la propia religión lo cual deja a ver que el individuo está actuando no bajo fe, sino por pura obsesión. El fanático religioso se identifica con un individuo de conducta ciega con una religión en particular, lo que le lleva a provocar actos contra personas que no creen en ésta mediante una lógica inflexible. En los siglos XVI y XVII el fanatismo religioso alcanza un alto grado ya que estos simpatizantes condenaban las ciencias -al condenar éstas a la religión mediante la razón- los reyes -acusados de superficiales materialistas que llevaban una vida de placeres- y a los estudiosos de los astros -a quienes se acusaba de servidores de Satanás-. El fanatismo tiene un principio en parte compartido con la fe, según el cual quien piensa diferente se convierte en adversario o enemigo. En las religiones mas influyentes y expandidas mundialmente se han podido ver actos de fanatismo desde la decadencia del imperio romano por el cual los cristianos quemaron libros y estatuas por inmorales y fulminaron avances en literatura y arte. Las cruzadas fueron actos fanáticos e imperialistas que profundizaron en la disputa centenaria entre musulmanes y cristianos, combatiendo ambos en nombre de Dios durante la Edad Media. Otros actos contemporáneos a éstas eran la Santa Inquisición, herramienta de supresión de la herejía.
En la actualidad algunos actos fanáticos se han podido ver bajo acciones de grupos de la religión islámica, como los Atentados del 11 de septiembre de 2001, cometiendo daños hacia otros ciudadanos que difieren de sus creencias.
Generalmente se clasifica al fanático como una persona ignorante e ingenua, con un razonamiento apenas suficiente para justificar y defender sus creencias mediante la agresión o juzgando a los demás como herejes. El fanático no acepta consejos ni modificaciones lo cual hace extremadamente difícil su evolución y cambio de mentalidad. Esta mentalidad puede además haber sido reflejo de un núcleo social en el que se ha exaltado el deseo de suprimir a los que se oponen a sus creencias y modo de ver la vida.
Estos mayormente va mas allá de lo debido, es el modo desproporcionado de entender y defender una causa la cuales le llevan a un sentido de llevar a cabo una misión, los cuales son capaces de recurrir a todos los medios con tal de triunfar. Estos contienen una conciencia desmedida de su propia grandeza: el fanático se identifica con la causa que defiende, estos se alimentan del celo inquisitorial y actúa como fiscal o juez de la verdad.
El fanatismo religioso concretamente es la incapacidad para admitir el mundo en su diversidad y para aprender de los otros, generando una sociedad anclada en un tiempo y una forma fija de ver las cosas.
Se opone al movimiento que conduce a la realidad y por tanto no se puede ver cambios en ella, lo que no da posibilidad para el desarrollo de la vida y el descubrimiento de nuevas ideas.